Nunca lo ha hecho
En mí, las formas de amar son fruto de las personas que he amado, todas distintas, todas semejantes. Ninguna reemplaza a otra ni la niega, sólo habita una porción de tiempo en el que nos hemos extasiado. Luego, la aspereza del mundo exige su tributo e impone su corteza. Pero la negación de lo hermoso no sería más que un paso hacia la nada. Y desde aquí, desde lo que llamáis nada, vuelvo una y otra vez, con la obstinación de Sísifo, a construir esperanzas con cenizas, a no temer el dolor venidero, a volver a emocionarme con la tensión de descubrir un alma y desvelar un cuerpo.
No me duele su felicidad. Nunca lo ha hecho. Pero déjanos en paz, como se deja a los muertos.
