domingo, noviembre 30, 2014

En la bruma increible del hombre menguante





Yo viví un tiempo en Tenerife.

Recuerdo de aquel tiempo a las ancianas que estiraban su falda hasta lo inverosímil en un afán de que nunca averiguara su sombre. Como si el nombre fuera causa de algo. Como si las faldas supieran de su dueña o como si algo tuviera que ver con ellas. Desde la distancia del tiempo le atribuyo una poética en la tajante negación del hecho: y poético era negarse a lo que hiciera falta.

Después de tres meses tampoco pude entender lo que pasaba; ni vislumbrar apenas la causa de la causa: no era de allí, eso estaba claro. Me fui a buscar mi casa otra parte: supongo que porque no llegué a ver tus ojos como gaviotas en una mar encrespada; aunque una tarde de otoño mis manos sí alcanzaron a cubrir tus pechos mientras mi pecho sustentaba tu espalda.

Dos estatuas de sal sobre un acantilado embestido por la calima apenas devastadas por la arena y sus años.

Subvierto las neuronas cuando se amotinan en un trasquilón del pulso y un reventón del alma. Injusto es, pues, que considere a aquello algo más que una realidad que no sucedió nunca. Pero en el horizonte adivinábamos cual era la bruma que vendría a menguarnos hasta alzar una lanza-alfiler contra un ejército de arañas en los instantes previos a ser sus parásitos.

La vegetación entre las momias

Un párrafo puede cambiarte la vida, una frase aislada y lúcida. Para que una línea nos penetre ha de ser delgada.
Traducción libre un fragmento de "Light Years", James Salter


Se me escapa la vida entre libros y películas:
no sé como retomarla sin un empuje desde afuera;
hasta siento como el limo se va filtrando por las piedras que dejan escapar el agua que llegó a nutrime.

Es una sensación tan sólo incómoda. Ni siquiera mancha y muchos menos hiere. Es un zumbido de moscas sobre una escena de merienda en el campo, una racha de polvo que notas entre los dientes.

Pero no encuentro nada que lea y que me sirva.
Pero no encuentro nada vea y que me dé forma.

Es un túmulo de cuerpos que confunden la vegetación entre las momias.

domingo, noviembre 23, 2014

Y es una necedad tan desolada

 "con su rostro de vos"
Mario Benedetti

Recubro del heliotropo la intención ingenua de  escribir un tanto acerca de casi nada.
Es un no afán ingenuo de describir en negro lo cotidiano.
Porque lo cotidiano debiera ser en blanco:
un no escribir dolores, desahucios e inundaciones,
un no escribir la historia de una anciana de 85,
un no escribir de los muertos a causa de las patentes,
un clamor de leyes que os condenan a ser más pobres.

Si sois mayoría ¿por qué mantenemos nuestras cabezas?

domingo, noviembre 09, 2014

Legado de las patrias

Escribo en lechos dispares
un atisbo levógiro.

No es una convicción,
es apenas un aroma
que dormita en el aire calmo
-adensadado  con pulcritud académica-
sobre mí y colindantes.

Estas puertas férreas
con bisagras forjadas
y con textos grabados en inglés
acaban por desconcertarme.

Tendré que ascender para escapar
en forma de ceniza,
en forma de recuerdo
de lo que será un ser degenerado
-también-
hacia el  carbono.

Me pierdo entre tanto espanto:
debí nacer  persona en vez de lobo,
quizá eso explique
que los visitantes que vienen a mi espacio
-negros, blancos, rubios, castaños, morenos, con turbante-
carguen con cámaras de fotos
y aclare lo que vienen murmurando:
Se rumorea que habita un fantasma entre Auschwitz y
Mauthausen (Enes )




Horst Wessel Lied 

Textos del pasado siglo (III)

A mis amigos nacionalistas (catalanistas y españolistas -por orden alfabético-) porque he comprendido que su (supuesta) patria  les ha  convertido en dogmáticos... (es lo que tiene la educación acrítica, que se asemeja muy poco a la educación y mucho al adoctrinamiento).



PATRIA 

Patria,
palabra sucia,
arruinada por fríos intereses
camuflados como voluntad de los pueblos que cobija.

No importa su tamaño,
dispone
–siempre-
de sicarios
aclamados
–siempre-
por patriotas.


Patria,
sucia palabra.

PS.- No es sorprendente lo que en 15 años aflora en una sociedad: y es tan trágico.... pero aún sorprende menos (y es más trágico)  que hace 32 años  oyera esta canción y -aún medioentendiéndola- la considerara antifranquista y, por tanto, mía.



jueves, noviembre 06, 2014

Textos del pasado siglo (II)

TODO EN ABSOLUTO

El tiempo, en cuanto que cebra, cada pez pace menos:
¿Boquea, acaso, al transmutar en erizo
con las crines dulces de las tortugas carnívoras?


¿Es absurdo el poema?

Nada, en relativo.

sábado, noviembre 01, 2014

Textos del pasado siglo (I)

Revisar antiguas cajas tiene su precio.
De aquí en adelante iré mostrando cuál.

RAZAS DE PIEDRA


Quizás sea posible la comunicación subliminal entre quienes alguna vez estuvieron destinados a estar realmente hermanados, aunque no hayan sido conscientes de tal hecho -aunque el roce común haya conseguido disfrazar una relación más definitiva, aunque la erosión de la ausencia haya construido ídolos y sagrados monumentos cársticos, aunque las casualidades hayan sido funestamente adversas, aunque el destino se haya opuesto frontalmente a cualquier fruto ostensible y perdurable, a pesar de que la totalidad del universo se hubiera aliado en una conspiración tendente a su perdición- porque mantienen un común punto de fuga, un último refugio de razas de piedra, un último reducto al que la infancia brindó un único perfume de invulnerabilidad, en el cuál somos imbatibles porque sólo nosotros tenemos acceso, porque la única sangre que podrá manchar su tierra -casi sagrada- será la nuestra; aunque sea derramada por otros; aunque se derrame muy lejos…

Quizás, en mi caso, tal hecho sólo sea posible si un cierto grado de alcoholemia me transporta más allá de mi miserable sentido de la realidad, de lo práctico, de lo cotidianamente admisible, de lo que seré de nuevo de aquí a unas horas, de lo que, en definitiva, mi instinto de especie superviviente hasta el momento, determina: pero poco importa, porque las almas que hubieran sido verdaderamente hermanas deben tener -hipótesis no contrastable, pero balsámica- un punto común desde su origen, imperturbable en su destino y persistente por su levedad e insignificancia. Quizás sea el refugio ancestral al que nos será posible regresar para que rindamos cuentas de las torpezas cometidas, de las traiciones perpetradas, del aliviadero -loado sea- que nos ha permitido sentirnos asidos a la vida por su lado humano, por su faz carente de espinos, de cuchillos y de aristas, por su vertiente amable y de adormidera.

 Razas de piedra… ¿por qué? Porque solemos girar la cabeza para contemplar lo prohibido, lo desaconsejable, lo condenatorio, aunque nos asentemos en lo aprendido de los errores, en lo aprehendido por la brutal impronta de lo sobrevenido, en las lecciones que nos mostraron desnudos ante nosotros mismos -resultó tan ridículo- que nos impulsaron a un destino: la supervivencia frente al error como único camino que les es permitido a los que en algún momento tuvieron una consciencia de lo que eran sus anhelos. Porque la dicha que permite la ausencia del dolor sangrante, es suficiente láudano para seguir la secuencia de los días y, las pequeñas alegrías alcanzadas de forma cotidiana y sin demasiada intervención de nuestra voluntad, son suficiente abono para alimentar la tierra que ha de albergar nuestra tumba.

 Semilla de piedra. Lila downs