miércoles, abril 26, 2006

Soplo de vida

Para An

Escribir el llanto
entre las líneas de la vida de nuestras manos
oscurecidas por el barro del tiempo:
sutil diferencia entre lo vivo y lo muerto.

Permanente presencia en cada deseo
constante dulzor enmarcado en tu aliento
suavidad de tu voz que susurra en mi oído
esperanza de un futuro que
-sin duda-
ya es nuestro.

Te llevo constante en cada latido
desbrozas mis horas con cada sonrisa
y, cada vez que me lanzas un beso,
desborda mi boca un soplo de vida.

lunes, abril 17, 2006

Arrastre

Arrastramos la vida con nosotros
como presas que persiguen a su trampa,
como lápidas que buscan a su muerto,
como telas que ansían a su araña.

Arrastramos el tiempo con nosotros
que construye y borra la memoria
que nos nutre al igual que nos devora
que nos da vida a la par que nos socava.

Arrastramos este amor entre nosotros
que sostiene una pasión en la ternura
que enternece nuestros cuerpos palpitantes
que renueva nuestras almas desgastadas.

sábado, abril 15, 2006

Rogatorias

Aquí está la serie completa de rogatorias (hasta el momento, claro)

I

Sepárame del miedo:
soy otra cosa.
Ni peor ni mejor,
pero distinta.


II

Líbrame del rencor
que te profeso
y deja que te olvide:
no quiero recordarte
ni desde la perspectiva
ruin del odio.


III

Busco en la memoria
la carne del poema:
cierro los ojos para concentrarme
recupero un dolor que perfuma mi aliento
con aromas de sahumerio de embalsamadores.
Es cierto,
tu amor debió arrancarme de la vida.

domingo, abril 09, 2006

Casualidades, certezas y premoniciones

A veces las historias son circulares, como la que se describe en “Poema circular” que publiqué hace tiempo en Raíz Aérea y, en este círculo vital que es una relación de amor sometida a muchos impedimentos importantes, uno llega a darse cuenta de que debería escribir algún poema que ya ha escrito. Y digo escribir, no reescribir: ahí radica la tragedia, en la constatación de que, décadas más tarde, poco ha cambiado y amores que fueron capitales acaban en vacío e incomunicación. Hoy quise escribir un poema pero recordé que ya lo había escrito: cuánto desearía tener que reescribirlo.

Fatalidad

Sólo podían lamentar
no haber sido más fuertes
y más listos.
Era demasiado pedir...
Eso acabó con ellos.