domingo, agosto 28, 2011

Términotero

Te lo agradezco. Ha sido un brote de verdor entre una promesa de selva. Y eso me importa. Me ha importado más de lo que anticipadamente había sido capaz de imaginar.

Escribir es para mí un proceso de desintoxicación; a veces. Otras, es un proceso de construcción, incluso de reconstrucción. Pero, ahora, escribir acerca de ti debe constituir un acto que realice una demolición: debo disgregarte de todo lo que pueda resultar real, cotidiano, razonable, tangible, táctil, visible, olfativo, audible o devorable.

Alejarte de ti para encontrarte. Hacer de tu ausencia un fractal de la utopía. Y creer en ella. Y crecer en él -envejeciendo y autoasemejándome- en los momentos en los que estoy fuera del mundo y no sé bien si es tristeza o alegría lo que me inunda. Cuando intento habitar los paisajes a través del cristal, cuando giro el volante y hago aparecer la inercia como una fuerza imponente que pasa desapercibida hasta que aplasta, hiere o deforma. La maquinalidad de la física siempre me ha resultado incomprensible: he de hacer un esfuerzo de abstracción para creer en ella, para concebir su papel de vigilante insomne de mi vida. He de hacer un esfuerzo para imaginar que una hoja que cae lo hará definitivamente: ¿ninguna racha de viento la alzará? ¿es el deseo una palanca de tan cortos brazos? ¿es la emoción tan subdesarrollada? ¿es la imaginación tan desvalida? ¿nos han abierto tanto el vientre y atornillado el caparazón? ¿son las escamas tan firmes para negar la dermis? ¿es el silencio el único consuelo?¿un infarto será lo que nos redima?

Sólo son mis preguntas, acordes disonantes que riman en sus vértices. Eso debe ser importante, porque me han intentado enseñar a juzgar lo que sucede por su perímetro, a entender la figura por sus puntas. Pero un icosaedro sinusoidal se me ha metido dentro, una cinta de Moebius me dio la orientación, un haiku me mostró nuestro occidente y la arena apelmazada me dio el patrón del tiempo cuando la tensión superficial ahogaba a los insectos. Un calambre que te agarrota y un temblor de sal y algas que te susurra: no duele tanto, ahora no, ahora vas a verla, no te arrastrará esta ola, no te lastrará este ancla, no sucumbirás en este cielo invertido por tu mente, no podrás abandonar tan pronto, el jodido Poseión aún te sigue odiando, el papel no ha ejercido su blancura, el silencio no ejecuta su presteza, el rumor te presta sus maderas, el viento no te exige tempestades, los volcanes dormitan en su altura.

Ahora dudo que las termitas devoren la madera.

Stillness Of The Mind, A single man (BSO), Abel Korzeniowski.
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Como un loco que empuña una navaja

Os dejo un vídeo de "El espejo(Zerkalo)" de Andrei Tarkovski. El poema es recitado por el autor, Arseni Tarkovski, padre de Andrei. No es la escena que más me ha gustado, pero me parece una de las más representativas de la película.  Dura casi 7 minutos y pesa 62 MBytes.

Fue la primera película suya que vi, y me dejó un tanto frío y emocionado (esto último quizás por las escenas de los exiliados republicanos (¿me falla la memoria, o soy ilegal?)) y por mi convencimiento de que el pueblo ruso ha sido uno de los últimos en perder su alma. Luego leí su biografía y vi sus otras películas (las últimas exiliado (¿me vuelve a fallar la memoria o sigo siendo ilegal?) en Italia y en Suecia) y se me aparecieron más cosas en la imaginación. Arseni y Andrei eran rusos y cristianos: un cien por cien de castigo.

Y yo, como sabéis, soy absolutamente (destaco el énfasis) cien por cien ateo. Aún así, creí entenderlos. Al padre que abandona su familia y al ruso que abandona su patria.

No me preguntéis por qué los creí entenderlos: no soy cristiano ni ruso y no perdí mi alma porque no la tuve.

Una historia que corta.

Es una corta historia. Tan corta que habrá que aumentarla. Habrá que verla de lejos para poder distorsionarla sin que huela a trampa ni sepa a estofa, darle vueltas en las deformaciones y después montar un circo. Y ahorrar en comas y en puntos para ayudar a la legibilidad libre que estuvo tan de moda mientas seguíamos ungidos por las sobras que queríamos nuestras: esto me sobra. Pues a mí me falta sin urgencia ni orden pero me falta sin comas y sin pausas. Pues habrá que denostar los puntos y escríbír sín íes y sín díéresís las ues, y poner dos comas para poner un punto,, Y punto,,

O dejar la historia en su tamaño de aldea, y pausar el paso para que nos cuente un lustro que sé que de cuentos saben esos lustros. O no, sino al contrarío: o sea dadilataf en esperanza vive.

Era una historia tan corta que nunca es contada.


Camiseta azul y pañuelo rojo. Pero no me importa.




George's Waltz (versión 1. La anterior era la segunda), A single man (BSO), Shigeru Umebayashi.
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jueves, agosto 25, 2011

Ya sé por qué me gusta Gelman

Porque no calla lo serio porque parezca cursi.
Porque no calla lo serio porque parezca serio.
Porque no calla lo serio porque parezca falso.
Porque no calla lo serio porque parezca cierto.

Porque no calla lo hablado porque se haya ido.
Porque no calla lo escrito porque no se venda.
Porque no calla lo huido porque sea cobarde.
Porque no calla lo limpio porque sea estéril.
Porque no calla lo sucio porque sea feo.
Porque no calla lo feo porque sea limpio.
Porque no calla lo débil porque sea frágil.

Porque no calla lo frío porque sea invierno.
Porque no calla lo cálido porque sea verano.
Porque no calla la llama porque sea infierno.


George's Waltz, A single man (BSO), Shigeru Umebayashi.
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viernes, agosto 05, 2011

Por el momento


Te he perdido precisamente ahora,
cuando con la poesía vuelo
por los cielos, donde mentir
es ya imposible, como recuperar el Sol,
donde no se pueden destruir las estrellas a pedradas
ni tallar la letra con un hacha.

Leonid Gubánov(*)


Mentir con adverbios y con hachas,
con bosques de viento,
con lilas y luciérnagas.

Mentir para salir a flote,
para crear encrucijadas,
para vivir en lo incierto,
para ser roca sobre el musgo
y piel en medio de la lava.

Mentir por piedad,
por miedo, por caricias,
por orfandad de brazos y de arañas.
Por lámparas y por silencio.
Por conmiseración
y por tardanza.
Por estanqueidad y por tangencia,
por rumor, por ansia, por patrañas.

Mentir por ser un ser obscuro en propia carne
y aparentar claridad de Sol
en la palabra.


Mentir contra las tempestades.
Mentir contra el afán y la mañana.
Mentir contra el culmen del delirio.
Mentir contra-rios, contra-fuertes.
Mentir contra-tiempos, contra-danzas.

Mentir como si-miente,
Mentir como no-velar.
Mentir como sea.
Para algo.

Pero aún no.

Por el momento.

Tras la tormenta, quedan charcos. Tras el poema, queda sal.



Le brasier de tristesse, Sylvain Chauveau.
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(*)Leonid Gubánov (1946-1983) escribió un único libro de poemas que se publicó diez años después de su muerte: "Un ángel en las nieves".