domingo, marzo 18, 2012

Lo sabrás luego (I)


Puede que este tiempo no haya sido demasiado distinto. Puede que provocar el abandono adopte, en la oración de mi vida, el papel de sujeto o ablativo de forma cambiante. Puede.

También pudiera ser algo distinto. O pudiera ser que la brisa que arriba hasta la falda este de estas ralas colinas no esté impregnada de naufragio de sangre sino de naufragio de melaza. No lo sabré hasta que me decida a remontar mi -ahora- horizonte y cambiarlo hasta poder contemplar las playas y ver el color del que se ha teñido su arena. Puede que prefiera quedarme a este lado, al resés de la brisa, y espere a que las estrellas distraigan mi pensamiento y el frío consiga que me aletargue y arrebuje. Es una elección casi imposible. Aunque parezca sencilla.

En esta ficción que me impongo sin apenas tesón aún me conmuevo al pensarte. Privado de vista he de abrir los ojos. Privado de sonido he escuchar mejor.
Quizás pueda en algún momento desprenderme de este traje naranja, de este casco de buzo, saltar estas vallas, dejar esta bahía. O puede que no.

Kathy and Tommy (Never let me go, OST), Rachel Portman.
Para descargar la canción
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viernes, marzo 02, 2012

Las supremacía del garzonaje




En realidad, creo que no tengo una relación consensuada con el resto de mi persona.

Mis pies, afirman no haber estado nunca debajo de mis tobillos que, a su vez, mantienen que siempre estuvieron muy lejos de mis rodillas que se hicieron -hace años- prófugas.

Los apátridas de mis hombros juran no haber mantenido nunca a mi cabeza, que prefiere ser cúspide pre-sombrero de un espantapájaros pajuno antes que admitir que contuvo a alguna de mis neuronas que se declararon, ante la fiscalía general, víctimas de la prevaricación de mi memoria.

De hecho, se quejan una y otra vez -como mis muelas- de que los marcianos se comunican con ellas a tavés de las sentencias del tribunal supremo.

Andamos en una patria surrealista de sapos sin beso, ectoplasmas y abducidos.