sábado, mayo 30, 2009

De miedos y cobardes

Quisiera tener un corazón que permitiera más derrumbes.
Aun sin tenerlo, excavo más cavernas, relleno más trincheras. Porque he aprendido a odiar estar a salvo, porque me han enseñado que la piel transmite más que entrega. Me doy tiempo, me atempero, porque el odio y la pulsión causan demasiados estragos en gentes inocentes y, la inocencia, es digna de respeto. Porque no pongo al destino por sudario. Porque no elevo el deseo hasta quimera.
Y, después de todo embargo, estoy desnudo, y con mi frente encaro tu montaña, pero no hace falta que me escuches ni me atiendas, en la intención radica mi batalla, y en mi derrota encontrarás tu infierno: porque me sabes y te ignoras, no hay lance que prospere.
Demasiado miedo entre dos cobardes.

PS.- Y mientras intento construir una elegía para mi amiga, intento leer lo escrito con sus ojos: Carz, abusas de los títulos compuestos. Sí, indah, sí... pero aún no puedo contestarte.

lunes, mayo 25, 2009

Me parece imposible

Me acabo de enterar que indah falleció ayer. Hace unas semanas se encontró mal y ya no consiguió recuperarse. El jueves fue la ultima vez que hablé por teléfono con ella, se encontraba muy cansada. Nunca nos vimos en persona, a pesar de llevar desde el 2005 intercambiando comentarios, correos y conversaciones telefónicas. Ha muerto una gran persona y una gran poeta. Yo no consigo sobreponerme.

Descansa, indah, descansa.

lunes, mayo 18, 2009

Un siempre desde un ahora

Siempre nunca es cierto.
Nunca siempre es falso.


Quizás debiéramos estar comprometidos
en alcanzar un final más hondo, más humano,
en construir un enero sin diciembre
o en predecir un junio sin su mayo,
creer en un siempre tú desde mi nunca,
crear un jamás yo desde tu ahora.

Usamos los adverbios temporales
como si no cortasen.



Evenstar, Howard Shore
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martes, mayo 12, 2009

Alondras

Alondras en los pies,
frío en el torso
y, en las manos, diez náufragos
ya sin remedio.

Rescato tus labios de la cera
y hundo y trenzo mis raíces
como quien trenza y hunde primaveras
para liberar y reflotar otoños:
porque todo está bien si habita en su contrario,
si se confunde el todo con la nada,
si se entremezcla el final con el comienzo.

Alondras en los ojos,
frío en el sueño,
y, en el torso, tu espalda,
y este silencio.



The lark, Mihail I. Glinka (arreglo para piano de Balakirev)
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martes, mayo 05, 2009

De nuevo y por la espalda

Amasemos la vida después de demolerla:
amaso, amasijo, amasantes.

Sí, tú amas antes de todo y luego lloras,
y, después de todo, sigues llorando.

Llorantes en las calles,
en los vestíbulos,
en los teatros,
en las salas de espera,
en los rincones
-en todos y en ninguno-
con lágrimas flamantes,
con cachirulos, cometas y desastres,
con silencio, silencio, silencio y más silencio
y con este beso
-si cierras los ojos, yo te guío-
te agarro de las manos y las separo
hasta sentir tus pechos tangentes a mi pecho,
hasta oler tu aliento y respirarlo,
y equivocar tu nariz frente a mi boca
y notarla fría,
y corregir el rumbo hasta alcanzar tus labios
-qué derrota tan hermosa-

Luego, tú me abrazas por sorpresa
y por la espalda,
mientras se cierran las palabras
como se sella un nicho.



La Séparation (fragmento), Mihail I. Glinka
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