Los herejes rendidos

El hereje, el coraje,
la rendición final en la palabra.

La luz que apenas apelmaza
la tersura granulada del desierto.

El afán de fundirse entre la nada
obscura y blanca
como el tiempo.

la conjugación equivocada
a esta horas
que parecen ser el fondo caudal
de las urgencias que se curan con tiritas.

                               Y que hasta sanan.

Los herejes vencidos

No pudimos recoger
lo que no supimos sembrar
y ardió en la lumbre
de los herejes vencidos.

De la admisión nunca consentida

Admito no ser.
Admito el llanto.
Admito la paciencia.
Admito el llano.


Admito tus arrugas en mis manos.
Admito tus ojos en en mis sueños.

                           Admito el daño.