L. Iluminada llega tarde: el SO no captura a un ratón que ya era esclavo y no es prófugo.
Nota al pie de mi pierna izquierda:
ROSA, te quiero decir muchos abrazos. DECÍA, L. Iluminada lamía: la pregunta era el por qué. Pero carece de sentido. Rosa, TE QUIERO DECIR MUCHOS ABRAZOS. L. Iluminada debajo del luminoso fingía. La PREGUNTA ES POR QUÉ PREMIAN A LOS MENTIROSOS. La respuesta, ponla tú.
L. Iluminada FiNgíA.
Esto es L. Iluminada. O lo que sé de ella, o lo que sea de ella, o lo que SEAS tú por ELLA, o lo que vaya a ser YO sin este tú; porque, sin intención supuesta, me aburre. Pero, jodidamente, sin ti para contigo no me aburro: me ilumino –primera del singular- con la imaginación: y se enfadan: -pero con sonrisa conmidesciente (sic)- ::: ¿cómo tienes huevos a decirme eso? Porque tú (este tú no es el de antes) sabes de mí lo innecesario.
Porque tú (éste de ahora) me has dicho otras cosas y siempre te he querido. Porque tu mirada ha superado a tus palabras e, incluso, soportan a las mías. Por eso, aunque sólo sea, dame un acantilado.
TE DARÉ UNA PLAYA.
Me basta mi paciencia y tu promesa.
-ejercicio inmental de tanta suerte-
Para Ybris:
El otro día escuché una historia que me hizo llorar: un Republicano español, en el 39, cruzaba la frontera apoyado por un francés de la época. El español –a su pesar, que no el mío- llevaba una ametralladora táctica, sin munición, cargada a la espalda (sin munición la espalda, a su pesar y el mío). El francés le conminó a abandonarla, a lo que el Republicano le repuso: no, que la vamos a necesitar pronto
Para todos (Ybris incluído):
Lo mejor de no conocer a una persona es que puede deslumbrarte.
Lo mejor de conocerla es que no te importe que sea mentira.