La relevancia de lo irrelevante
Murió mi eternidad y estoy velándola
Los heraldos negros, César Vallejo
Los heraldos negros, César Vallejo
Cuando oía esta música, escribía libros; y las palabras caían por mis brazos para ensangrentar la capilaridad del papel con sangre negra: un sabor a sangre en las encías, un sabor a bourbon en la boca, un sabor a piel cérea en la lengua entre la profundidad marrón y enorme de tus ojos que volvía irrelevante al horizonte y convertía a los días en famélicos leones incapaces de llegar a devorarnos: pensábamos que el entorno era irrelevante, cuando los irrelevantes resultamos ser nosotros.