domingo, febrero 10, 2008

De orejas y agallas

La importancia fluctúa con el llanto,
como la tozudez lo hace con el tiempo:
es su piedra de toque o viceversa.
Todo lo pasado ostenta la fluidez del tiempo.
Todo lo futuro tiene la agilidad del topo.
Toda la placidez es un Estado de la muerte
que se repite piel a piel
y a contrapelo
desdeñando la dureza de la roca:
la erosión la asiste de sudario
-en la piel, la herida cicatriza,
en el alma se adentra hasta la médula-.

Aún,
-e incluso ahora-
sin boca,
podremos generarnos las agallas
y respirar con las orejas.

2 Comments:

Blogger Luzamarga dijo...

Yo sigo empeñada en mis branquias. Si lo hacemos a la vez, igual ayuda.

Me llegó con aire para respirar en esta hora. Hermoso.


Besos de pez.

10/2/08, 3:52  
Blogger ybris dijo...

Siempre he creído en la tozudez.
Lo dicho permanece aunque deje de decirse.
Precisamente porque hay algo más que boca.

Un abrazo

10/2/08, 7:37  

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