De orejas y agallas
La importancia fluctúa con el llanto,
como la tozudez lo hace con el tiempo:
es su piedra de toque o viceversa.
Todo lo pasado ostenta la fluidez del tiempo.
Todo lo futuro tiene la agilidad del topo.
Toda la placidez es un Estado de la muerte
que se repite piel a piel
y a contrapelo
desdeñando la dureza de la roca:
la erosión la asiste de sudario
-en la piel, la herida cicatriza,
en el alma se adentra hasta la médula-.
Aún,
-e incluso ahora-
sin boca,
podremos generarnos las agallas
y respirar con las orejas.
como la tozudez lo hace con el tiempo:
es su piedra de toque o viceversa.
Todo lo pasado ostenta la fluidez del tiempo.
Todo lo futuro tiene la agilidad del topo.
Toda la placidez es un Estado de la muerte
que se repite piel a piel
y a contrapelo
desdeñando la dureza de la roca:
la erosión la asiste de sudario
-en la piel, la herida cicatriza,
en el alma se adentra hasta la médula-.
Aún,
-e incluso ahora-
sin boca,
podremos generarnos las agallas
y respirar con las orejas.
2 Comments:
Yo sigo empeñada en mis branquias. Si lo hacemos a la vez, igual ayuda.
Me llegó con aire para respirar en esta hora. Hermoso.
Besos de pez.
Siempre he creído en la tozudez.
Lo dicho permanece aunque deje de decirse.
Precisamente porque hay algo más que boca.
Un abrazo
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