Tampoco mañana
querré olvidarte,
porque creo en el amor
como alimento
y como espada
-que desgarra las entrañas
pero redime del vacío-
Creo en el amor
que perdura en la ausencia,
que absuelve el silencio
con palabras,
que rompe la frontera de uno mismo
hasta inundar al otro
con caricias, con gestos
y con lágrimas.
Amor,
seamos corredores de fondo
o no seremos nada.
Por eso, amor,
no te olvidaré
tampoco mañana.
