Abrazo
Tardé en darme cuenta, pero lo hice...
A menudo el dolor nos ciega y no nos deja vislumbrar el dolor del otro. A menudo el dolor nos arrastra a la autocompasión y nos encierra en nosotros mismos y nos impide actuar como el amor reclama: “tu dolor es mi dolor, es nuestro dolor y hemos de vencerlo cuidándonos mutuamente”
A menudo el dolor separa porque ésa es su estrategia para triunfar: ”lloremos juntos en un abrazo, las lágrimas abrazadas son menos amargas”
