Del naufragio en el caballo
En los momentos de desamparo, cuando la realidad se convierte en pesadilla, todos buscamos motivos racionales para sobrellevarla, pero raramente se encuentran. Por ello, cualquier acto que nos procure la sensación de que nuestra angustia está justificada y consiga sublimarla es lícito.
Aunque sea ilusorio.
Aunque sea nada
En realidad lamentaría no leer lo que casi no he escrito.
Textos y fotografías originales de
Carz
En memoria de indah,
casi dos meses más tarde del aniversario de su muerte
Esta canción me recuerda a ti
aunque nunca la escuché mientras vivías:
proyecta la ensoñación
en la difusa forma que
-tan precisamente-
te definía.
Quedo
y superado por el escarnio de la juventud apisonada por la historia,
permanezco.
Ennegrecido como forma de ser un blanco de prejuicios,
como descendiente ateo de desaparecidos en cunetas,
como racionalista de la confusión,
como versador en tiempos de mesías,
como devorador en época de fruición.
Discretas,
las ventanas corren sus cortinas,
la luz deserta de los siglos y las gentes
y -queda-
se despide
sin un mal adiós.
No merece mucho más recuerdo:
sus ojos oscuros como soles
sus pechos deslumbrantes
-sobre el lago-
su mirada
-mucho más amplia que mi vida-
Esa razón acabó siendo confusa
en la ternura que maúlla en los rincones
y en los que ya sólo la vida es concebible.
A ERG, sencillamente
Quizás por ser todos culpables
ninguno lo sea.
Nos complicamos
para parecer sencillos
y no tener que dar explicaciones
Pero la sencillez resulta complicada
y
-a menudo-
nos deja varados en las dunas
que
-de pronto-
transmutan en desiertos.
Para indah, in memoriam
¿Por qué nadie parece conocerte
y todo lo que te escriben
resulta improcedente?
Busco tu nombre entre las redes
y apenas hay capturas con sustancia:
un roce tangencial
una falsa alegoría
otra certeza equivocada
un deseo
que puesto en tus labios resulta ridículo.
¿Por qué, entonces, nadie parece conocerte?
Yo creo saberlo.
Creíste que
-sin querer-
me llevaste al abismo
y no te bastó comprender
que ya estaba despeñado:
te sentías fuente de la herida
y me abriste el corazón como remedio.
Pero hay varias razones
y también otras muchas…
pero sólo una se asienta en el poliedro
que formaron
nuestros múltiples puntos de fuga:
antagonistas.
Bostezo como quien
bosteza
Camino como quien
camina
Tropiezo como quien
tropieza
amo como quien
se calla
A BRM
Es algo distinto a la separación.
Es algo convulso
en la comunión
son años dispares
que parecen hermanos
son cuencas distintas
que confluyen en dos:
adiós y suspiro
suspiro y adiós
A DRM, a los dos años de tu suicidio
Sólo puedo pensar que tu intención
-sin ser otra-
era distinta.
Que se degradaba entre las distintas formas
que hay de disgregarse
de una forma dúctil
-casi comprensible-
acompasada con el devenir del tiempo.
Luces que no acaban de ser luminosas
por su proporción de niebla.
Sonidos que no terminan de discernirse
por la distorsión que provocan en la psique.
La amalgama del amor en la ternura
que se cristaliza en la roca del cariño.
Un cíclope con visión estereoscópica
que no acierta salir al encuentro
de la premonitoria dicha
por una cuestión de estética sin sentido.
Pinceladas que intentan delinear
-con trazo grueso-
la filigrana del encaje de la razón
en la supervivencia
y que pronto concluiste que no casaban
en modo alguno.