Sin verte
te he vivido recorriendo girasoles,
escondiendo recuerdos en estantes,
en promesas polvorientas en los libros.
Tendrá que haber
-si así lo quieres-
vida en una caja de zapatos
oculta en la esquina más inverosímil de los tiempos:
de legado deja soledades
y dolor de sangre ofuscada
que no sabrá jamás llegar al río.

3 Comments:
Impresionantes las cartas de Eugene Oneguin.
Hay presencias distantes vívidas que habitan las más raras esquinas de los tiempos.
Saben a soledad tantas veces...
Un abrazo
Cuánta potencia en las palabras, en las tuyas, en las de Eugene.
Es que acaso la felicidad no son aquellos pequeños instantes fragantes? Si, eso es felicidad, y por fortuna, no se ha perdido en la piel de la memoria.
Bello, como siempre.
Un besazo
Y si alguna vez la abrieras descubrirías que ni siquiera una lágrima le enseñará el camino.
Me estoy cansando de mandarte abrazos. Detén el paso alguna vez.
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