La lluvia en Malasaña (IX): la memoría degradada pero no extinguida (ni siquiera extinta)
No sabía de sí más que lo justo:
entendía su nombre a duras penas,
apenas sí podía sostener su cuerpo,
a penas se disolvía.
entendía su nombre a duras penas,
apenas sí podía sostener su cuerpo,
a penas se disolvía.
Disuélveme más, que me disuelves poco,
disgrégame más, que llega el día
día de sol y viento sangre
y directo corazón como tormento
dulce desliz de la memoria
que imagina y se vuelve pionera:::::
recordé lo que mañana
me dirás que no querías
-dulce corazón como lamento-
en las almibaradas madreselvas
húmedas de ti, qué gran portento,
perder la risa con quien llora
en solidario ejercicio de silencio.
día de sol y viento sangre
y directo corazón como tormento
dulce desliz de la memoria
que imagina y se vuelve pionera:::::
recordé lo que mañana
me dirás que no querías
-dulce corazón como lamento-
en las almibaradas madreselvas
húmedas de ti, qué gran portento,
perder la risa con quien llora
en solidario ejercicio de silencio.
5 Comments:
Me encanta como juegas con los tiempos.. y ya sabes que la lluvia, todo lo moja.
Espero te sigan derritiendo sin mas silencios.
Un abrazote :)
Curioso el comportamiento de la memoria:
se difumina pero conserva -o crea- lo justo para que la vida duela o se enriquezca.
Abrazos.
Hoy prefiero quedarme con la dulce y presente reciente memoria
-que no-moría-
Que no ha muerto, que nunca huele a sangre, que sigue dibujando una sonrisa, aunque una risa, esas que duelen en las mandíbulas, como esos besos, fuertes y tiernos besos.
Un abrazo largo, apretado, apretado.
Siempre pensé que los mecanismos de la memoria juegan con nosotros. Nos seducen y nos duelen. Qué bien lo has dicho.
Un beso
Una vez disuelto no podrás librarte del disolvente. Y eso amigo es exponerse demasiado.
Un abrazo.
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