Rapaces recuerdos
Aquí vivimos con una mano en la garganta. Que nada es posible ya lo sabían los que inventaban lluvias y tejían palabras con el tormento de la ausencia. Por eso en sus plegarias había un sonido de manos enamoradas en la niebla.
Alejandra Pizarnik
Alejandra Pizarnik
Caen en picado los recuerdos
como aves de presa:
después del impacto
quedan sólo plumas antaño blancas
y ahora ensangrentadas.
¿Dije sólo?
Falso, falso.
Quedan dos seres que se saben cálidos
unidas a golpes las entrañas,
quedan las escamas de los días sin piel
pero con memoria táctil,
queda esta forma vicaria de ser en mí
desde lo que llamáis nada.

1 Comments:
¿Estás seguro que es aquí dónde te sustituyes?
¿No será más bien que el que crea esos recuerdos ahí afuera, sustituye al de aquí dentro?
Lo digo porque me consta que este de dentro es capaz de ver como la niña.
Un abrazo.
Publicar un comentario
<< Home