viernes, julio 27, 2007

Deudas

Acaso no supe distinguir entre amor y voracidad
hasta que las lágrimas limpiaron mi mirada.

Acaso el no tocarte sea la expiación de los pecados que no cometí:
los imperdonables

-que no me perdonas
que no te perdono
que no perdonamos
que no nos perdonan:
pero eso no es nuevo,
ellos nunca perdonan-

No presiento nada
-ni tampoco postsiento-
que no sea un sueño
que le debo a la vida.

Y que ella me debe.

4 Comments:

Blogger Princess Valium dijo...

¿Pecados, perdones, rencores, deberes...? Mal combinados pueden resultar un desastre. Cuidate.
Mil besos con sabor a vacaciones

27/7/07, 9:04  
Blogger Leuma dijo...

En mi opinión en el amor se perdona. Claro que la doble lección de pedir perdón y de saber perdonar no siempre la aprendimos y además es difícil de aplicar. Tu texto impecable, tal como nos tienes acostumbrados, :), un beso

27/7/07, 13:55  
Blogger Naty dijo...

Hacer del sueño, la vida (quedando saldadas esas deudas)... Seguir despiertos es el único pendiente... Feliz finde ;)

27/7/07, 19:11  
Blogger UMA dijo...

Seràn castigo del impìo las preguntas que se formularàn solas cuando cese el bullicio y nos perdamos en cualquier paisaje
o en cualquier mirada,
en cualquier dibujo de las nubes en el calor de los ojos entrecerrados,
o unas migas huèrfanas de la cama o en algùn aroma (sàndalo o tal vez incienso) que nos retorne al pasado que es fiel a la presencia, a un pasado que no deja de ser presencia.
Se llamaràn deudas y haremos de cuenta que las tiene el destino(?) contigo.

Apoya tu cabeza en mi hombro, siempre me ha gustado peinarte las penas con mis dedos mientras te beso suave la frente.

28/7/07, 2:41  

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