viernes, agosto 11, 2006

Interpersonalización


Mirando mi antiguo cuaderno de notas he descubierto esta postal. La recibí después de 3 años de amor intenso e intermitente intercambiando cartas y entrevistas fugaces y de un año más de no tener noticias de ella.

El recibirla me conmovió, aunque en aquel momento parecía que entre nosotros sólo quedaba cariño: habían desfilado por nuestras vidas múltiples amantes y cada uno de nosotros parecía que había decidido que no volveríamos a estar juntos nunca más. Aún así el último intento serio de seguir siendo amantes ocurrió en el año 2000. Por aquel tiempo yo tenía claro que no podía ser. Ella aceptó la proposición de convivencia de un amigo común y desde entonces no he vuelto a saber más que noticias vagas de ambos.

No obstante, el año pasado le escribí un poema, recordando la postal recibida. Lo publiqué en este mismo blog y ahora lo reedito:

Vanarasi

Llega suave la brisa hasta mis poros
trayendo aromas que no había conocido.
Suenan lejanas las notas de un sitar
mientras el fluir del río se torna en un deseo.

«Desde donde fluyen los cadáveres
te recuerdo…»

Y yo te recuerdo, aunque sea un cadáver,
vacío el esqueleto y el corazón vacío.

Y yo te persigo, aunque sea un muerto,
llevando el epitafio de tu ausencia
que se deslizó hace tanto
por el fluir del río.

Todo esto lo escribo a forma de fetiche, de amuleto que me ayude a sobreponerme a la ausencia que ya parece inevitable, al menos durante un tiempo. Por la remitente de la postal sentí un amor que creí imposible de recuperar en ninguna ocasión. Siempre pensé que el resto de amores futuros estarían más basados en la ternura que en la comunión verdadera. Estaba equivocado, como un amor actual vino a demostrarme.

En estos momentos este fetiche se convierte en el único medio de expresión (el término adecuado sería “in-presión”, pues no es más que un monólogo interior con memoria en tinta) que intenta sustituir al lenguaje meramente epidérmico que, cómo si de un sistema de exclusas se tratase –la piel-, iguala las presiones a ambos lados de la compuerta, haciéndola innecesaria.

Creo que mi mayor anhelo es la asunción de mi ser por una conciencia externa: una despersonalización profunda que dé paso a una armoniosa interpersonalización.

Y eso, amor, lo habíamos conseguido.


10 Comments:

Anonymous Anónimo dijo...

En un instante de paso por Madrid te leo a toda velocidad y no quiero pasar de largo sin dejar constancia de mi presencia aquí.
Sirempre resulta hermoso recordar los amores pasados que nos marcaron.

Un fuerte abrazo

11/8/06, 13:41  
Anonymous Anónimo dijo...

A manera de amuleto dices debido a que la vida de los objetos
siempre ha de estar en el pasado (algo así me ha quedado de mis primeros años de estudios y en filosofia del encuentro o diálogo).

Si nos satisfacemos con la experiencia vivimos en el pasado en el que existieron.
El tú es presencia activa, al tú me une la realización de la unión en libre elección de encuentro.

Nuestra melancolía reside,amigo Carz, en que ese tú torna en ello, un ello que ya no es parte de la unión, sino de lo experimentado, nuestros ojos lo contemplan a la sombra de la experiencia, de lo que ha sido, logados en reciprocidad y debemos saber que ya no es.

Se que no es posible vivir con el solo presente, y si se puede vivir en el pasado, en lo que fue y ya no será, quitando lo poco que conservo de mi calidad de hombre, pero he de vivir el instante en ese continuo tú si es que existe, vivido desde mi mismo.

Te dejo una cita, que yo también aún conservo un antiguo cuaderno de notas:

"El ello es la eterna crisálida,

el tú es la mariposa eterna."

Un saludo cordial.

H.Hanz

12/8/06, 1:16  
Blogger quantum dijo...

Carz,
consigues conmoverme. No hay reflexión tuya que nos esté íntimamente anclada en la amoción: fíjate, qué cosas, quería decir emoción, pero lo dejo así, porque de esta forma se aúna emoción con amor, y te dedico el neologismo.

¿Sabes una cosa? me alegró leer que te habías equivocado cuando pensaste que tus futuros amores ya no serían tan intensos. Y es que el amor es uno (aunque sea en esencia contradictorio) pero gusta de aparecerse en distintos cuerpos y distintas almas: él tiene esos caprichos.
Mi abrazo cargado de empatía.

12/8/06, 17:08  
Blogger Carz dijo...

Sí, Ybris, resulta hermoso aunque también resulta melancólico. Uno no puede dejar de sentir que una parte del propio yo se enriqueció con cada amor y otra se empobreció para siempre con cada pérdida.

Gracías por leerme y dejar constancia.
Un abrazo

14/8/06, 3:20  
Blogger Carz dijo...

Amigo Hanz,

es cierto que la melancolía se produce cuando el tú deja de ser considerado como parte de la unión, es decir, cuando la unión se disgrega o parece disgregarse, porque es posible una unión sólida sin el conocimiento de las partes.

Me gusta tu frase:
"El ello es la eterna crisálida,
el tú es la mariposa eterna."

pero quizás presuponga una sobrevaloración de la mariposa sobre la crisálida, o de la muerte frente a al vida, quizás debamos comprender que lo que nos fascina es el descubrimiento de un tú, que idealmente fuese indefinidamente desconocido.

Un abrazo amigo. Supongo que nos gustaría mantener una velada conversando sobre estos temas. Nunca se sabe, quizás tengamos la oportunidad.

14/8/06, 3:32  
Blogger Carz dijo...

Hola Quantum,
Gracias por el neologismo "amoción". Lo cierto es que fue una sorpresa el amar de esta forma tan intensa, como ya me consideraba incapaz. De hecho, desde un principio, supe que no iba a estar a salvo de enamorarme de ella: un sensación, que supongo que proviene de un rumor sanguíneo y ancestral, me decía que un giro vital y hermoso se acercaba de su mano.
Y sí, el amor quizás una invariante metafísica. De hecho hace tiempo escribí algo sobre el tema:

TRANSMIGRACIÓN

Si fuera creyente
creería haber visto
tu alma en otro cuerpo.

Si tuviera fe en lo transcendente
pensaría que te abandonó
hace unos años
cuando, sin duda,
envejeciste sin medida
más allá de toda duda razonable.

Pensaría que tus gestos,
cargados de embeleso,
no pueden perderse en el abismo.


Un abrazo.

14/8/06, 3:44  
Anonymous Anónimo dijo...

"Creo que mi mayor anhelo es la asunción de mi ser por una conciencia externa: una despersonalización profunda que dé paso a una armoniosa interpersonalización."

"Y eso, amor, lo habíamos conseguido."

Estaba re-leyendote...y Carz ese párrafo me ha sorprendido...
Vete subiendo pá arriba, que el fondo es para llegar y saltar, no para quedarse.Vete tomando el camino de vuelta.
un beso.

14/8/06, 19:31  
Blogger Carz dijo...

Bueno,en el fondo el fondo es un lugar como otro, con la peculiaridad de que, si de verdad es el fondo, en el fondo sólo cabe subir :-))

Pero el subir también puede ser una forma de huida, y prefiero afrontar la situación.
Gracias de cualquier modo por tus buenas intenciones.

15/8/06, 2:42  
Anonymous Anónimo dijo...

La frase que te ha gustado no es mía, es de Buber y alguna vez he leído sobre mariposas.
Lo que revela el ser de la mariposa nos lleva a un concepto unívoco e inequívoco, la mariposa es un animal singular, símbolo de lo perecedero y de la perennidad; la mariposa es la forma acabada y completa.
“No ha vivido para alimentarse y envejecer”, ha sido ya crisálida, ha sido oruga y contrariamente a cualquier animal o coleóptero e incluso planta, la mariposa se conservará intacta aún después de muerta con sus más finos y rutilantes colores.
Claro, siempre se puede tener por más a las orugas.
Quizá sea solo valorar, no ya ”sobre”.
Tal vez exista la posibilidad, amigo Carz, sería un placer, como lo es leerte en esa magnífica transmutación también.

Un saludo cordial.
H.Hanz

16/8/06, 22:51  
Blogger Carz dijo...

Amigo Hanz,

Supongo que de su conservación postmortem proviene el afán de coleccionar mariposas: es dificil coleccionar algo que desaparece.

Y es cierto que me gustaría poder decir de mí mismo que no he vivido para envejecer, sino que he envejecido porque he vivido... a veces uno es más viejo que su edad y otras se sorprende de la ingenuidad que aún es capaz de contener, quizás pueda decirse que mi vida es un continuo devenir de gozos y desdichas, supongo que como la mayoría de todas las vidas.

Y, nunca se sabe, hace unos meses pasé unos días en Buenos Aires y el próximo verano septentrional seguramente asistiré a un congreso allá. Todo se andará.

Un abrazo.

18/8/06, 1:08  

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