Navegas
cuando baja la marea y el viento
se ha perdido entre tu pelo.
Navegas y enarbolas los segundos
para intentar henchir tus velas en jirones;
tan sólo el fuego de san Telmo
te alumbra cada milla que recorres
y que te aleja cada vez más de la sonrisa
-no la risa que provoca una ocurrencia
sino la mutación del arco de tu boca
que, en su centro,
se rinda ante el peso de otros ojos-
Navegas, y has proscrito los papeles,
en un intento estéril de negarle la memoria
a lo que sientes si no te sirve de consuelo.
Es un intento vano el de de rendirte
porque el claudicar te lleva al sueño.
enviado por Carz 3:14 a. m.
5 Comments:
carz: por Dios!de que clase de entrañas sacas esos versos que leo y me tocan...me tocan el alma!!
Acabo de despertar y sòlo leerte me hace el dìa diferente...
(...)
Si algún día te pesa demasiado la soledad, cree firmemente que ella ha pedido te sea entregado su presente, y la magia de las leyendas, de las hermosas leyendas que tanto ayudan a los pragmáticos seres humanos a vivir, será compañía para esa soledad, al menos por un instante».
Gracias, carz. Gracias.
Hola uma,
La culpa de todo esto la tiene indah, que me sacó hace unos meses del interior de una botella -aún me debe tres deseos- mediante una pregunta con trampa.
Espero que el cambio en tu día, después de leerme, sea para bien.
Hoy no he visto tus pisadas en la arena...
Hola indah,
La soledad, como el vacío, a veces pesa demasiado, pero ya te dije que a mí lo que más me pesa son las ausencias. Sigo sin acostumbrarme a ellas, a pesar de lo años, a pesar de las sucesivas capas de sedimentación de la memoria, a pesar de los nuevos amigos que acabarán en ausencias.
Hoy las gaviotas estaban inquietas, quizás es que te presentían.
Tu mar, a veces, me juega una mala pasada...por eso mis pisadas en tu arena no sean visibles cuando despiertas...Pero si ves algùn velo blanco en las dunas, soy yo que me he ido, tras disfrutar de tu belleza...
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