Aprendiendo de lo que llamáis cotidiano
Las «noches perfectas de verano» son una especie casi extinta como forma de amar, como expresión de una de las cualidades fundamentales de lo humano. Porque las formas de amar son, cuando han de ser importantes en el transcurrir de la vida, una simbiosis entre corazones (no necesariamente dos), una plataforma para el crecimiento personal entre seres que se descubren y se ansían, que se sienten como un refugio frente a todo lo que nos hiere, nos vulnera o entristece, un estímulo irrenunciable para el desarrollo de las múltiples facetas de lo que damos en llamar personalidad.
3 Comments:
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Sé que, posiblemente nada más alejado, vamos qeu no es así pero, si no hubieras escrito "amar", creo que tus palabras me habría hecho pensar en algo que me encanta: fuego, noche y un grupo de niños escuchando a alguien que relata antiguos cuentos. Quizá no importe la palabra "amar". Quizá hayas hablado de lo que yo he pensado, o de la vida.
indah
Quizás amar y vivir sean sinónimos
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