domingo, octubre 02, 2016

No temo por mí

Cuando miro el mundo por tus manos
la oscuridad desaparece.
Su calor ilumina todo de forma selectiva,
ahonda en la magia, difumina las sombras,
hace ciertos los “te quieros”
aunque puedan parecerte falsos…
…es el miedo a la fuerza del hechizo,
que, por su perfección, asusta.

No temo por mí, ya me he perdido
entre los mapas claros de tus pechos,
entre tus palabras y tus ojos.

No temo por mí, ya soy el aire
que agitas con tus pasos,
el aliento condensado en tu ventana
cuando, al mirar por ella, me recuerdas.

No temo por mí, ya soy tu tacto,
un colchón sobre el parqué,
el lado derecho de tu patria
-según se mira al techo-
el compañero de tu viaje en colectivo
que, mientras duermes, se mete en tus bombachas.


No temo por mí:
ya fui tu olvido.