domingo, julio 24, 2016

En el borde borde del poema


Cuando mis nuevas amantes ansían que agite
mi polla
-ligada a mis caderas-
o mi lengua
o el último recurso de mis dedos…
a mí me da por agitar poemas.

Casi todas huyen
pero alguna,
alguna, siempre queda.


Y quedamos unidos por un siempre absurdo borde
del borde poema.



Cuando libero a las jirafas del parque de animales heridos de Nairobi
las acacias amenazan con mustiarse y dejar, a secas, sus espinas.

Luego, un borde inquieto sobre el borde borde del poema,
se pone a diluviar en aguacero las tardes henchidas de nostalgia
mientras las elefantas espantan los turistas,
los leones follan a su ritmo,
y en el meollo de la humanidad
queda el bien igual que pasa.

3 Comments:

Anonymous Anónimo dijo...

Quizás esperes las palabras de una de esas amantes que aún quedan. Disculpa, entonces.
Alejándome de tanta sexualidad, me has recordado uno de los cuadros de mi infancia que cuelga, por nostalgia parental, en un largo pasillo heterodoxo para cualquier clase de esteta. Es una sabana de acuarela donde sólo se ve una acacia bajo los colores tierra y calor del atardecer. En la imagen original había una jirafa junto al árbol. Por más que lo intenté, no fui capaz de dibujarla. "Doña Puri, no me sale. ¿Puedo decir que la jirafa se escapó?". El cuadro sigue allí, enmarcado, con la jirafa liberada, huida.


Te pensaré cuando me niegue a sacudirme del pelo esos hermosos copos amarillos que caen en los paseos de este otro lado del mundo.

24/7/16, 17:13  
Blogger Carz dijo...

Y, cuando me pienses y te niegues a sacudirte esos hermosos copos amarillos de tu lado del mundo, ¿estarás en Santa Clara?

6/8/16, 4:35  
Anonymous Anónimo dijo...

Lo siento. Siento la decepción. Soñaste que era otra la que te hablaba.


Los copos se los sacudió (ya no) una niña eterna y estúpida a la que rebatir en cada verso.


C.

25/9/16, 21:45  

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