En yoduro potásico.
Amarillo tiniebla
en voz cruzada,
o verde corazón que vino en sangre:
rebelión sin quejido,
nostalgia en vena
en dosis de dos mil quinientos miligramos.
Terrón de mar, mueble de azúcar,
y sonrisa de voz entremudada,
entre tus voces arraiga la deriva
incluso el rumbo o su derrota.
Sí. Si un tal vez usó silencio
un jamás que siempre no
anidó contigo,
y queda la calma enfurecida
de saberte a sal
y yo a yodo.
en voz cruzada,
o verde corazón que vino en sangre:
rebelión sin quejido,
nostalgia en vena
en dosis de dos mil quinientos miligramos.
Terrón de mar, mueble de azúcar,
y sonrisa de voz entremudada,
entre tus voces arraiga la deriva
incluso el rumbo o su derrota.
Sí. Si un tal vez usó silencio
un jamás que siempre no
anidó contigo,
y queda la calma enfurecida
de saberte a sal
y yo a yodo.
2 Comments:
Sabor a sal sobre el color del yodo.
A veces es el mar la voz de la deriva.
Sonido, olor, color, sabor, distancia.
Ese jamás que nunca se aposenta.
Un abrazo.
Si el yo, mudando del negro al violeta y siendo su esencia acogerse a cualquier elemento para reaccionar… y el tú, compuesto positivo y negativo, reacciona a lo esencial del yo con la misma fuerza… es químicamente natural que la reacción acabe siendo neutra.
¿O no?
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