lunes, enero 26, 2009

Little Boy

Vende primaveras con sus ojos
y, con sus manos
-juntas-
hace reverencias.

En sus sonrisas
perviven samuráis
y en su kimono
lucen las estrellas.

Alquílame tus primaveras
posándote sobre mis hombros
mientras la nieve cae sobre los cedros,
antes de que os ciegue
-y os deshaga-
un niño pequeño.

5 Comments:

Blogger ybris dijo...

Imprevistos varios me mantuvieron alejado de estos espacios.
No habría de dejar de tener esto su lado ventajoso:
Me entero de golpe de excelentes motivos para merecidos piropos,
de posibles cumpleaños,
de inoportunas caídas de notorias consecuencias,
y de su muy probable inocuidad tras las resonancias.
Pero mientras sé que por todo debo felicitarte concentraré mi felicitación en este maravilloso poema de hoy.
Y es que es una maravilla quedar deshechos por las primaveras vendidas en los ojos de un niño pequeño.

Un abrazo descomunal tardío, sincero y cariñoso, Carz.

26/1/09, 11:28  
Blogger Luzamarga dijo...

Dile que también se pose sobre mí, que instaure su paz sobre mis guerras interiores, y que se quede un poco más que lo que tarda en consumirse un palo de incienso.

Es muy intenso y muy hermoso, Carz.

Mis besos.

26/1/09, 12:12  
Blogger gaia07 dijo...

Resquicios a una sensibilidad olvidada.
Permíteme una reverencia.
Ha sido un placer leerte.

26/1/09, 17:56  
Blogger Ego dijo...

Orión luce igual en todos sitios. Aunque me atrevería a decir que en Albacete está como más cerca.
Será el dolor.
Un (b)eso

27/1/09, 0:40  
Blogger La paciente nº 24 dijo...

Alquilar tardes y primaveras – ay -. Podríamos compartir gastos, Carz…

Tengo que avisarte y te aviso. Te premio en mi pasillo.

28/1/09, 15:54  

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