De lucidez y ceguera
En esta lucidez tardía
que emerge del sueño, la enfermedad y el cansancio,
sé que extrañaos es imprescindible
para reconocerme en mis cimientos
que –algún día-
tendrán sentido en la ceniza.
La ventana golpea a la lluvia por sorpresa
y atraviesan vuestras astillas
los violentos soportales de esta plaza
contenidos por un muro de agua casi blanca
como la ceguera lechosa de Saramago
o esta elegía de Shostakovich.
Desde esta lucidez hiriente
que me despoja de mi sentir de niño
y me arranca del dolor para alejarme,
no puedo evitar convocar a esta sonrisa
desde aquellos tiempos de la infancia
en los que no me atreví a soñar siquiera
en amar y ser amado
con la hondura, la firmeza y la locura
que habéis dilapidado en mi persona.
En esta lucidez inoportuna
no puedo más que celebrar lo que he ganado,
aprehender y prender lo que he perdido,
desprenderme del resquemor, la pesadumbre, del odio…
hasta del que me he tenido a mí mismo.
Sting quartet Nº 15, Op. 144, primer movimiento Elegía (Adagio) (fragmento), Dmitri Shostakovich
Para descargar la canción, pulsad aquí con el botón derecho.
que emerge del sueño, la enfermedad y el cansancio,
sé que extrañaos es imprescindible
para reconocerme en mis cimientos
que –algún día-
tendrán sentido en la ceniza.
La ventana golpea a la lluvia por sorpresa
y atraviesan vuestras astillas
los violentos soportales de esta plaza
contenidos por un muro de agua casi blanca
como la ceguera lechosa de Saramago
o esta elegía de Shostakovich.
Desde esta lucidez hiriente
que me despoja de mi sentir de niño
y me arranca del dolor para alejarme,
no puedo evitar convocar a esta sonrisa
desde aquellos tiempos de la infancia
en los que no me atreví a soñar siquiera
en amar y ser amado
con la hondura, la firmeza y la locura
que habéis dilapidado en mi persona.
En esta lucidez inoportuna
no puedo más que celebrar lo que he ganado,
aprehender y prender lo que he perdido,
desprenderme del resquemor, la pesadumbre, del odio…
hasta del que me he tenido a mí mismo.
Sting quartet Nº 15, Op. 144, primer movimiento Elegía (Adagio) (fragmento), Dmitri Shostakovich
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7 Comments:
Escucho a Shostakovich.
Silencio.
Más luz que sombra.
Más lucidez que ceguera.
Bien puedes celebrar lo ganado.
Un abrazote.
...'no puedo más que celebrar lo que he ganado'
me dejaste conmovida.. muy bello. Mis buenos deseos y mejoria.
... y un gran abrazo.
Hay una bella honestidad en estos versos. Y hay amor, mucho y del bueno. Justo es que lo celebres y punto (lo perdido y lo ganado, ese equilibrio dinámico de las tensiones de la vida),y porque se te ama en cualquier caso.
(Que también la lucidez sea transitoria...=D)
Mis besos(hondos, firmes, locos).
Yo escucho a Calamaro. Sólo una vez por semana.
Un (b)eso desde el sonitono
Bailarina dulce y sinuosa en el movimiento de Shostakovich, cautivada por la pantalla en las emociones de palabras, el sentido de las frases, con ademanes de ensueño por saber que nos quieres y te queremos.
Ahí la dejo, entre los párrafos, sin más preparación para su baile que el sentimiento de cada sonido y cada letra en cada instante.
Escuchando -el otro día- a Jordi Savall, disfrutando de la música que toca y de cómo la explica y siente...pensé: es hermoso, igual que este pensamiento tuyo del post.
Shostakovich también; me encanta el sonido de la viola -más la de brazo-, a pesar de que prefiero las melodías menos disonantes y más "principio físico armónico", con sus frases musicales rítmicas y medidas, su peso, su equilibrio...música decantada.
Debe ser cosa de carácter (¿antiguo?) jeje.
Besos
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