jueves, mayo 31, 2007

Gasterópodos

Después de leerte, vino Kafka y me convirtió en gasterópodo.
Para vos, desde mi tierra hasta tu cielo.

Yo hablo de otra cosa.
Hablo de la piedra filosofal
que transmuta la ausencia en cinismo
y que corroe las extremidades
hasta convertirme en gasterópodo.

Yo hablo de otra cosa.
Desde otra perspectiva
que no puede entender
quien no haya mutado en gasterópodo.

Yo hablo de otra cosa.
De la necesidad de no callar
para saber que
-para viajar-
son un estorbo las maletas.

Yo hablo de otra cosa.
De la escritura certera
de la palabra amor
cuando se enroscan nuestras pieles.

Yo hablo de otra cosa.
Hablo de vos
con cada aliento desvariado,
con cada lágrima que sueño,
con cada despertar y cada noche,
con cada copa que no bebés conmigo,
con cada gota de sudor
que no se absorbe por tus labios.

Yo hablo de otra cosa.
Yo hablo de vos…
¿por qué no se me entiende?

2 Comments:

Blogger ybris dijo...

Yo también leí y comprendí tu mutación en gasterópodo.
Si alguien habla de silencio a quien habla de otra cosa es difícil saber de qué se habla.
Si no de lo que se sigue hablando.
De amor, ciertamente.

Abrazos

31/5/07, 6:13  
Blogger Joan Torres dijo...

Yo, al amar, también lamento que las palabras no me lleguen.

Y percibo con claridad la soledad en la que me sume mi escaso dominio del lenguaje.

Porque para hablar de ella me veo en la necesidad de inventar un idioma. Con un léxico nuevo, recóndito y desconocido.

31/5/07, 10:25  

Publicar un comentario

<< Home