martes, mayo 08, 2007

Ambrosía

Debido a Ybris


La encrucijada, acaso,
entre el sol, las estrellas y la aurora
se hiciera demasiado oculta.
Ybris

Acaso uno cree estar yermo, cuando
-arrogante-
la vida le germina de ambrosía,
y sabe del aliento enardecido
por un pecho acompasado
que se abre para abrigar el propio.

Deleitarse con su sabor
hasta penetrar en otro cuerpo
como excusa para ensamblar dos almas,
para comprobar
-atónito-
que la encrucijada grita nuestro nombre,
con su voz,
con su tez,
con su mirada.

Escogimos el camino a tientas
con la escasa vista de la sangre,
con la pulsión ambigua del deseo,
con el empuje de leyendas y sirenas,
con la ternura montada a horcajadas.

Enjalbegados de cenizas
recordamos que supimos desangrarnos.



        Für Alina, Arvo Pärt

2 Comments:

Blogger ybris dijo...

Tus impagables y hermosísimas dedicatorias -insinuadas ya en tus comentarios- son todo un reto a mi agradecimiento, amigo.
Caía yo, en efecto, de la altura imperceptible de la belleza lenta e inaudible del crecimiento del esplendor de la hierba o de la duda entre todas las formas de la distancia celeste soñadora a la inmovilidad del destino inmutable de la piedra que sólo es quedarse esclava de su propio peso.

Tus versos me elevan hoy desde ese "fatum" hasta la altura del pecho amigo que comparte con su presencia nuestra encrucijada.
E ilumina todas las esquinas del desierto.

Un abrazo fuerte hoy y agradecido, Carz.

8/5/07, 7:10  
Blogger Simplemente Olimpia. dijo...

Capaz él...y tú apreciable...
perceptor de la imagen.

Será cuestión, en mi caso, de aligerar-me, para saber "no-pesarme".

Olimpia.

9/5/07, 17:42  

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