domingo, marzo 19, 2017

Acabar con Chopin de una bofetada

Negro el blanco azul obscuro de tus ojos
como el pezón ardiente que me quemó los labios cuando intenté apagarlo con la boca.

Labios como ampollas en un quehacer de sabios inútiles que aún siguen llorando.



En la inmarcesibilidad profunda de la ausencia
radica la asunción atea de la nada.