οντος de la φάλαινα*
Y somos ballenas varadas en el cielo
que llenan de sombra nuestros cuerpos,
y fuimos ballenas en los sueños y en las piedras
que abortan como subproductos del diamante,
y seremos ballenas en los barros
y en la escama que resulta microscópica:
nunca fue el ser ballena cosa del tamaño,
nunca fue el ser ballena cosa del talento.
Sólo se es ballena
cuando resulta irrenunciable.
que llenan de sombra nuestros cuerpos,
y fuimos ballenas en los sueños y en las piedras
que abortan como subproductos del diamante,
y seremos ballenas en los barros
y en la escama que resulta microscópica:
nunca fue el ser ballena cosa del tamaño,
nunca fue el ser ballena cosa del talento.
Sólo se es ballena
cuando resulta irrenunciable.
(*) Ontología de la ballena, o de la irrenunciabilidad al serlo.
2 Comments:
Ballenas azules...
(Te hablaría de una sincronicidad fascinante ligada a la poesía, de ballenas y de manos que ayer empezaron a trazar por primera vez la caligrafía del griego moderno - por cierta red pulula la fotografía de un proyecto de traducción de cierta poeta griega muy musical que acabará, como todo, en fracaso-, pero eso ya no importa, sólo la soledad de esa ballena que somos cada uno, incluso a quien no le hablas).
Hasta siempre, Carz.
C.
Ante la inutilidad general de la palabra, surgen ecos también fascinantes.
Creo que los echaría mucho de menos si se murieran sin decirme a dónde van.
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