En la deserción del desierto de los tártaros
Querida amante en muerte y en peldaños que descienden de la vida:
No busques más sortilegios estériles
ni más leyendas que te distraigan en el camino hacia la timba:
juguémonos al mus
-arriesgando la bolsa y las pleuras-
un camino común hacia la tumba:una vez te fue dada la inmortalidad cuando todo
-salvo el presente-
resultaba renunciable,
cuando lo inasible se limitaba a un par de cuerpos
anexionados por la pasión prisionera de la dicha:
narrados en tiempo cotidiano,
esculpidos con el cincel que se inscribe entre las sábanas
-a falta de un mejor lienzo que pueda cobijarnos-
expulsados de la orilla de la historia,
rozamos la inmortalidad del vigilante
que deserta
de la vigilancia del desierto de los tártaros.
Nota para oyentes: Tapaos las orejas con el vídeo, observad sólo la música.
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