De registros y grafías
No queda estremecimiento en estos días.
Alguna vez lo hubo –creo recordarlo;
reflotando pecios y sargazos,
reescribiendo la calma y su silencio-
y alguna vez resultó distinto:
y voy contando; uno, dos ,tres,
acaso cuatro,
y después, quinientos puntos suspensivos
en el año 1910 después de Julio Cesar,
en este año que será después de ti y tanto pesa
-presa de mí, de tanto tú, de tanto charco-
y fue algo parecido a gritar YA.
Pero fue un grito minúsculo que no registraron los sismógrafos.
Promessa, Ludovico Einaudi.
Para descargar la canción pulsad aquí con el botón derecho.
Alguna vez lo hubo –creo recordarlo;
reflotando pecios y sargazos,
reescribiendo la calma y su silencio-
y alguna vez resultó distinto:
y voy contando; uno, dos ,tres,
acaso cuatro,
y después, quinientos puntos suspensivos
en el año 1910 después de Julio Cesar,
en este año que será después de ti y tanto pesa
-presa de mí, de tanto tú, de tanto charco-
y fue algo parecido a gritar YA.
Pero fue un grito minúsculo que no registraron los sismógrafos.
Promessa, Ludovico Einaudi.
Para descargar la canción pulsad aquí con el botón derecho.
enviado por Carz 7:21 a. m.
3 Comments:
Y por qué no pruebas a gritar VOY.
De seguro el temblor empezaría en ti y saltando el charco llegaría a tú. Pecios y sargazos traerían las olas, aquí y allá. Volarían los puntos suspensivos. Se decretaría estado de emergencia por posibles temblores consecutivos con epicentros distintos.
Siempre habrá un aquí y un allá donde seguirás preso de ti, y en ambos estará Carz ribeteándonos con la locura el alma.
Un abrazo
Particular el llamado que me hicieron las últimas 4 líneas, con poder suficiente para releerlas y terminarme de convencer a seguir leyendo los post que se encuentran almacenados en días anteriores. Fantástico blog, con un tono singular: que por demás está decir, que eso siempre es muy bueno por ser tan escazo.
Saludos de Alejo
Se nos han agotado los estremecimientos.
Y no es la primera vez que eso sucede.
Algo así como un "ya" estremecido que ni siquiera merece la atención de los sismógrafos.
Y, sin embargo, qué hondo su epicentro.
Abrazos.
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