Temblor de mujer (soleá)
Tras el puente queda el río,
tras tu sonrisa un querer,
en mis entrañas tus luces
cuando amanezco sin fe.
De juncos, puentes y flores
se guarnece del revés
y, detrás de cada piedra,
está tu temblor de mujer.
Que todo se vuelve pequeño
cuando lo aprendes a ver.
Y cuando vuelves a ser
todo se vuelve gigante
más allá de dónde estés.
Tras el puente queda el río,
tras tu sonrisa un querer,
en mis entrañas tus luces
cuando amanezco sin fe.
      La catedral (soleás),   El niño Josele
tras tu sonrisa un querer,
en mis entrañas tus luces
cuando amanezco sin fe.
De juncos, puentes y flores
se guarnece del revés
y, detrás de cada piedra,
está tu temblor de mujer.
Que todo se vuelve pequeño
cuando lo aprendes a ver.
Y cuando vuelves a ser
todo se vuelve gigante
más allá de dónde estés.
Tras el puente queda el río,
tras tu sonrisa un querer,
en mis entrañas tus luces
cuando amanezco sin fe.
      La catedral (soleás),   El niño Josele
4 Comments:
No es fácil encontrar el ritmo y la música de la palabra; menos aún dotarles de belleza, sentimiento y emoción.
Tú lo haces.
Preciosas la foto y la música, además.
Mi admiración y mis besos.
Después de aparearse con Sevilla
conocer a Cádiz sería casi sacrílego.
O una pérdida de tiempo, en su defecto.
Un beso...
Oye, qué bien se te dan las soleares.
Hasta a los negados al cante se nos van las palmas y los tacones.
Y qué bonito eso de que queden en las entrañas las luces necesarias cuando amanecemos sin fe.
Abrazos
pero qué bonito, y esa imagen, tan apropiada.
Un besazo
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