Vientos del Pueblo
Innecesariamente dedicado
(... o eso espero)
Iba a hablar de relámpagos y truenos
y tempestades que levantan olas gigantescas,
de rayos y hachas estridentes…
pero vino a mí, como de un libro,
la palabra firme y sencilla entre las piedras,
la aliaga y el tomillo,
el romero verde entre veredas
y me dijo:
tente un poco,
piensa algo más y aún recuerda
que en la imaginación tienes un arma
porque no te quedan dientes
que mastiquen la cebolla para el mundo.
Miguel, hoy, el Pueblo, ya no sopla.
3 Comments:
"Innecesariamente dedicado
(... o eso espero)"
vaya contradicción, lo que quieres es dedicarlo, a ver quién se hace cargo...
Si Miguel Hernández levantara hoy la cabeza seguramente le dolerían ya menos la herida de Ramón Sijé y la del hambre de su hijo sentida desde la cárcel y no entonaría ni elegías ni nanas.
Probablemente sentiría más la ausencia de soplo del viento del Pueblo.
Abrazos, Carz.
El pueblo de Miguel se ha vuelto seco terrón de tierra, áridos campos sin alegría que apenas el viento dispersa, y aunque siguen bajo la sombra de unos poetas levantándose las de otros, solo cuando seamos capaces de voltear firmemente lo de dentro afuera y consigamos dejar los yugos que nos impusieron ”… rotos sobre sus espaldas”, el Pueblo podrá soplar de nuevo.
Tú, poeta, ya nos pones la imaginación en marcha, ahora, faltan los leones.
Un abrazo
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