sábado, diciembre 06, 2008

Diciendo lo indecible

Confiar o desconfiar es lo mismo si lo mismo es todo lo bueno o todo lo malo, es decir, si todo lo bueno es bueno y todo lo malo es malo. Y ya no entro en los juicios de valor de bondad o maldad, eso queda para los que juzgan sin temer ser juzgados, y no digo temer en el sentido de recibir un castigo, sino en el sentido se sentir vergüenza, porque el miedo al castigo es sumisión y la sumisión supone ser inhumano, y no le doy crédito sino a lo humano. Y digo, entonces, que es imposible mantener con coherencia que lo bueno no es malo y viceversa... y si vice versa, habrá que concluir que vice rima ¿con qué? con tima, con sublima o con estima, todo en tercera persona del singular. Por tanto, si no todo lo malo es malo ni todo lo bueno es bueno, confiar y desconfiar es lo mismo, aunque sean antónimos. Y si los antónimos significan lo mismo, los sinónimos (antónimos de antónimos) son sinónimos, o sea antónimos. O, en consecuencia, sinónimos. Y si el lenguaje permite todo esto, y es la base del conocimiento, habrá que concluir que el conocimiento es autoantónimo, o sea, sinónimo de su contrario.

Guillotinado el conocimiento, quedan tus besos, que no son ni buenos ni malos, son gratificantes, lo que no es ni bueno ni malo, o sea, que están en otra parte, como yo, y eso me jode lo indecible (pero queda dicho).

1 Comments:

Blogger Luzamarga dijo...

Qué me importa ser sinónima
y significar lo mismo que ayer,
si entre ayer y hoy no hay más
que una falaz antonimia
que no hace distingos si todo es distancia.

Y qué importa lo sinuoso de tus hilos deductivos si te traen hasta mi boca.

Inferencia personal: como el lenguaje es sinónimo de su contrario, es decir, de todo lo que se dice con silencio,
calla y bésame.
:)

Vayan mis besos por delante.

6/12/08, 15:45  

Publicar un comentario

<< Home