miércoles, mayo 28, 2008

Sinergia

Hoy había escrito dos poemas pero, al leer a Lau, me ha sobrevenido un ataque de empatía crónica, como a un buen amigo le sucede a menudo.

No podría,
pero puedo.

Uno no sabe de lo que es capaz
hasta que exhala el aire por los dedos
convertidos en branquias por la asfixia,
los ojos mutados en un sonar
que atiende tan sólo a los latidos
-pausados-
de su pecho.

Y
-la áspera incertidumbre de la espera-
se torna
en suave terciopelo.

6 Comments:

Blogger Luzamarga dijo...

Exacto, así es. Suele pasar que descubrimos lo que realmente somos y de lo somos capaces cuando el corazón se viene a vivir al cerebro. Y lo que pensábamos que no podíamos hacer deja de ser irrealizable. Y siempre puede haber una dulzura para llevar con elegancia la incertidumbre.

Precioso, Carz.

Mi admiración y mis besos.

28/5/08, 11:03  
Blogger Ego dijo...

Lo que la espera susurra
se trunca con el mareo.
A pesar de las sentencias sobre la elegancia, o de los regalos a destiempo.
Un (b)eso, pausado desde mis branquias

29/5/08, 1:02  
Anonymous Anónimo dijo...

No dudo que sea un "ataque de empatía", ya se te pasará...
;)

29/5/08, 1:58  
Blogger ybris dijo...

No me extraña tu empatía.
Ya la intuía cuando te leí allí:
Hay poemas que la provocan casi sin quererlo.
Lo cierto es que nadie sabe lo que no puede hacer por la misma razón de que ignora lo que sí puede hacer.

Un abrazo.

29/5/08, 5:46  
Anonymous Anónimo dijo...

Querer, no querer, decirlo o no decirlo; ni hasta pensar es necesario si puedes sentir la suavidad del tercipelo.

Me uno a las sinergias y empatizo con el origen, la continuación y la frase de Ybris, en ella me metí y aún ando dando vueltas dentro como hamster en su rueda.

29/5/08, 23:11  
Blogger Laura Escuela dijo...

es precioso

30/5/08, 15:24  

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