domingo, octubre 25, 2015

De valses y museos

Desde que percibo al vals como un baile subjuntivo
le tengo una afinidad casi maníaca.

La razón es
      -quizás-
prosaica,
pero ahora llueve y truena
y la tormenta tiene su poética:
ilumina el rayo 
y el trueno rasga las vitrinas
para que el agua 
     -infiltrada- 
rescate al objeto del museo.