domingo, febrero 16, 2014

De pupilas y estrellas

Podríamos callar ya tanta cosas.

Callar como quien ensucia los cristales
que le amparan de un viento de poniente
y le arrojan a las fauces del levante
sin convicción ni fe alguna.

Azur en diminutas huellas
de minúsculas australes
donde la cruz es apenas guía.
Blanco centro de un vientre que tiembla.

Negra esquina reflejada en la pupila.


 
Corale, Ludovico Einaudi

2 Comments:

Blogger La paciente nº 24 dijo...

Podríamos hablar de tantas nadas.

1/3/14, 10:49  
Blogger Carz dijo...

Quizás la edad pueda decirnos otras cosas que amparen lo perdido. El afán mismo que el momento cubre de amapolas como el horizonte vuelve rojo al ocaso o al alba:la tangencia tiñe, la secante ama (y, entiéndeme, es el amor algo difuso, que apenas sobresale de la hierba), mantiene la sensación -desvanecida entre los años- de que nada pudo ser distinto. Ahí estamos en el hecho cierto de que pudo ser distinto... pero, por supuesto, cambio pudo por fue,.. que es muy distinto.

Podría no decirte tantas cosas.

28/4/19, 5:24  

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