lunes, junio 08, 2009

De formas y rocas

Quizás la tristeza deba devastarnos,
manar del interior, otorgarnos la forma:
no se puede elegir por qué estar triste,
no se puede decidir tampoco no estarlo.

Demasiados vientos arrasaron las rocas,
demasiados sueños nos dejaron inermes:
envidio la inermidad de la piedra delante del viento,
envidio la dureza del sueño que erosiona la vida:
suavidad incorpórea que nos acaba esculpiendo,
densidad absoluta que nos arrastra a lo hondo.

Hay objetos que, como símbolos,
acaso son islas entre tanto arrecife,
proporcionan cobijo entre tanto naufragio,
son las cenizas que dejan los sueños
-porque los sueños arden
y su combustión es la nuestra-
que proporcionan consuelo y proporcionan abrigo.

Quizás el consuelo deba devastarnos.
Quizás sea tiempo de que lo consiga.



Cymbeline, Loreena McKennitt
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5 Comments:

Blogger Laura Escuela dijo...

ay...
quizá sea tiempo de dejarnos devastar, sí.

un beso

9/6/09, 10:28  
Blogger La paciente nº 24 dijo...

Y, sin embargo, y pese a todo, resulta que la tristeza tiene forma de roca herida por el viento. Que los sueños son los poros de una piedra pómez que nos pesa. Se erosionan las horas y la congoja nos destruye con su ritmo de olas. Es cierto, nos debería devastar algún tipo de consuelo.

9/6/09, 13:03  
Anonymous Anónimo dijo...

... yo no me dejo,
ni por la pena,
ni a esperar consuelo.

Sonrie : )

9/6/09, 15:20  
Blogger gaia07 dijo...

No hay defensa posible ante la tristeza.
Sí, más duro que la roca y el sueño es el viento, pero más aún lo es aquél que náufrago, devastado e inerme, sigue viviendo.

Un abrazo muy fuerte.

9/6/09, 19:30  
Blogger Ego dijo...

El sueño es más duro que nosotros. Carece del sentido del tacto, luego no siente el fuego. No arde. Ardemos, pero el sueño nunca arde.
De naufragios todos creemos entender.
Pensamos que nuestras cenizas son más dignas que las del vecino.
Pecado capital.
Un (b)eso

10/6/09, 3:08  

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