De un arma un cucurucho
Cuando no se duerme
no se fijan correctamente los recuerdos
y uno puede modelarlos a su antojo:
hacer de un silencio una sonrisa
o de un adiós un hasta luego.
Y puede caer en la ilusión de lo real.
Y puede enfrentarse a lo ilusorio
desenfundando un cucurucho de helado de turrón
y hacer frente a lo posible.
Pero, ¿a quién le gusta el helado de turrón?
Vale, también lo llevo con las flores.
no se fijan correctamente los recuerdos
y uno puede modelarlos a su antojo:
hacer de un silencio una sonrisa
o de un adiós un hasta luego.
Y puede caer en la ilusión de lo real.
Y puede enfrentarse a lo ilusorio
desenfundando un cucurucho de helado de turrón
y hacer frente a lo posible.
Pero, ¿a quién le gusta el helado de turrón?
Vale, también lo llevo con las flores.
2 Comments:
En la vigilia, la realidad se compone de lo atónito por ser más imaginativa.
A mí me encanta el helado de turrón, las flores sólo si se derriten.
Un helado de flores, unas flores de turrón...y hagamos lo imposible, que "de lo posible ya se sabe demasiado".
Mis besos.
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